Dos pilotos complicaron a Boudou por volar en un avión privado sin pagar

Dijeron que un vuelo que hizo el vicepresidente a Necochea en 2011 fue costeado por la empresa de taxis aéreos como una demostración; también viajaron otros funcionarios
Por   | LA NACION

Dos pilotos de avión complicaron al vicepresidente Amado Boudou en la causa en que se lo investiga por recibir como dádiva un vuelo gratis en un avión privado que lo llevó de Buenos Aires a Necochea para un acto político. Los testigos ratificaron no sólo que el viaje no le fue facturado a Boudou, sino que además volaron con el vicepresidente "otros funcionarios" a los que no identificaron porque no se realizó lista de pasajeros, dijeron a LA NACION fuentes judiciales.
Los dos pilotos declararon ante el juez federal Luis Rodríguez y el fiscal Carlos Rívolo que investigan ese viaje y otro breve vuelo gratis en helicóptero. Ambos ocurrieron el 17 de diciembre de 2011, cuando Boudou, recién asumido como vicepresidente, fue a inaugurar la temporada de verano en Necochea.
Boudou fue trasladado desde el sector militar de Aeroparque, por lo que no se realizó el control con los nombres de los pasajeros. Viajó en un Learjet 60 XR, matrícula LV-CRB, que pertenece a la empresa Alas del Fin del Mundo SRL. La empresa es de Nazareno Natale, dueño del hotel y casino Status de Río Grande, el más importante de la isla, y de Gastón Alejandro Natale, a quien cedió la mayoría de sus acciones. El avión estaba a cargo del comandante Fabio Ariel Tripolatti y el tripulante era el capitán Federico Javier Vergara, jefe de operaciones y jefe de pilotos de la empresa, respectivamente.
Ambos declararon en Tribunales y explicaron los detalles del vuelo de Boudou. Indicaron que Boudou fue acompañado de "otros funcionarios", pero no pudieron dar sus nombres. Dijeron que no se hizo un rol de salida con la lista de pasajeros porque la aeronave salió del sector militar de Aeroparque.
Si se confirma que otros funcionarios viajaron con Boudou, podría pesar sobre ellos la misma imputación que se cierne sobre el vicepresidente: recibir dádivas en razón de su cargo, que se pena con hasta seis meses a dos años de prisión.
Además, explicaron que la empresa Alas del Fin del Mundo estaba queriendo meterse en el negocio de los taxis aéreos, ya que la aeronave había llegado al país en octubre de ese año, dos meses antes del vuelo.
Indicaron que se trató por eso de un vuelo de demo (demostración), pues la empresa buscaba atraer nuevos clientes. Mencionaron que quien se encargó de conseguir este viaje fue el brokerRoberto Becerra, que hace de este negocio su actividad comercial. Se descarta que Becerra sea ahora citado para corroborar los dichos de los pilotos.
Los pilotos comentaron además que llegaron hasta Necochea donde esperaron tres horas y volvieron a abordar la nave con su ilustre pasajero de regreso hasta el sector militar de Aeroparque. Según lo que le informó a la Justicia el jefe del aeródromo de Necochea, los aviadores que declararon esta semana formaron parte de la tripulación del vuelo del Learjet 60.
Ahora el Juzgado debe analizar si Boudou fue un pasajero al que llevaron gratis para venderle futuros vuelos o si se trata de un favor porque la empresa esperaba a cambio ayuda para obtener su habilitación para realizar vuelos comerciales o algún otro favor del poder, dijo a LA NACION una fuente judicial. El fiscal Rívolo ya amplió la investigación que llevaba adelante el juez Rodríguez. Se allanó la empresa Alas del Fin del Mundo, que funciona como un mostrador en el hall del hotel de su dueño.
Boudou llegó a Necochea en ese avión y allí abordó el helicóptero Bell 407 Long Ranger, matrícula LV-CIB, de la empresa constructora Ecodyma.
Con esa máquina hizo los 15 kilómetros que lo separaban del parque Lilio, donde se realizó el acto de lanzamiento de la temporada estival. Ese vuelo también es investigado. El juez Rodríguez le tomó declaración testimonial al piloto de ese vuelo, Marcelo Scaramelli, que, además, es director suplente de la constructora.
Scaramelli dijo que el vuelo en helicóptero fue una "gauchada" que le hizo al vicepresidente. La validez de ese testimonio fue reafirmada por la Cámara Federal.
Los testigos dejaron en claro que Boudou no pagó por ninguno de los vuelos, ni el realizado en el avión privado ni en el helicóptero.