La opulenta vida de los conductores de Top Gear, el programa del escándalo

Entre los tres presentadores poseen una fortuna que asciende a los 86 millones de dólares. Mansiones, autos lujosos, y hasta un faro propio



Los reyes de Top Gear: James May (izda.), Jeremy Clarkson (centro) y Richard Hammond (dcha).
Crédito: EFE
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Los "reyes" de Top Gear: James May (izda.), Jeremy Clarkson (centro) y Richard Hammond (dcha).






"Los tres reyes de Top Gear son seriamente ricos", define un artículo publicado ayer en la versión online del diario británico Daily Mail. La imagen no es exagerada para describir a los artífices del programa de la BBC, que detenta el podio de ser el show automovilístico más visto del mundo. Los británicos, que provocaron un escándalo de escala diplomática por grabar y circular por Bariloche con una patente que aludía a la Guerra de Malvinas, amasan una fortuna superior a las 55 millones de libras esterlinas (u$s86 millones).

Son tres los conductores de la transmisión inglesa: Jeremy Clarkson, Richard Hammond, y James May. El primero de ellos fue el que disparó la polémica durante un rodaje en la Patagonia, cuando trascendió que manejaba por el sur del país un Porsche 928 GT, cuya matrícula era "H982FLK". La sigla, que aludía al año en que se desencadenó el conflicto (1982) y a las Malvinas (Falklands -FLK-, como se denomina el archipiélago en inglés), se vio como una afrenta por los veteranos de la guerra, que terminaron apredreando a los coches y al equipo televisivo de los magnates. Hasta ayer seguían los cruces diplomáticos encabezados por la embajadora de Londres,Alicia Castro, en reclamo de disculpas a una BBC que se niega a retractarse de la emisión.

Entre copas y faros

Clarkson, de 54 años, es quien detenta la mayor riqueza, con un bolsillo de u$s47.000.000. Su casa principal, valuada en u$s3.130.000, está ubicada en Chipping Norton, Oxfordshire, en la que cría pollos y caballos. Tiene también un pub por el que pasan clientes de renombre, como el primer ministro David Cameron, el ex-bajista de Blur Alex James, y la ejecutiva de televisión, Elisabeth Murdoch. Además, tiene una propiedad para veranear bastante singular: se trata de un faro reciclado ubicado en la Isla de Man, cuyo valor asciende a u$s2.350.000.

Tampoco escatima gastos en su pasión, los autos. Según se sabe hasta entonces, Clarkson es propietario de un Ford GT, un Mercedes-Benz SL55 AMG, un Ferrari F355, un Lamborghini Gallardo Spyder, un Jaguar XJR, un Volvo XC90 SUV, un Toyota Land Cruiser SUV, y un Land Rover Defender.

En helicóptero

Richard Hammond es el que sigue en fortuna. El joven ejecutivo de 44 años acumulau$s23.503.000. El hombre literalmente descansa como un rey. Compró en 2008 un castillo del siglo XVIII en Herefordshire a un valor de 3.917.000 de dólares. Tuvo que también hacerse de una mansión de sus vecinos, quienes se fueron cansados por el ruidoso hábito de Richard: volar en su helicóptero R44 de 235.000 verdes.

En el último recuento de sus bienes, el presentador de Top Gear contaba con diez coches, incluyendo un clásico Morgan, un Porsche 911 GTS, un 1965 Opel Kadett, y dos vehículos Land Rover que se usan para ir a la escuela. Hay además cerca de 28 motos, de las que el "orgullo" es un 1927 Sunbeam.

Hammond compró un Volkswagen tipo 2 Campervan en 2011 de color rosa, para su esposa e hijas. En él van de camping y vacaciones, de acuerdo al Daily.


Coleccionista

El último de los presentadores, James May, embolsa cerca de u$s15.669.000. Vive en el oeste de Londres, en una gran casa de ladrillo de 3.313.000 dólares. En su garaje puede haber desde una bicicleta plegable o un Fiat Panda. También tiene un Porsche 911 y un Rolls-Royce, otros dos coches y seis motos.

Como Hammond, a May le gusta volar. Tiene una avioneta Súper Decathlon, que compró en 2006 por un valor de 188.000 dólares. "Los aviones eran algo que me interesaba como un niño. Tenía un feo vértigo y nunca pensé que sería capaz de hacerlo. Fui al aeropuerto para una prueba, y terminé con una licencia de piloto", dijo James a la prensa sobre su afición.