El caso Delfina Rossi: en Corea del Sur, la sospecha de nepotismo termina en renuncia

Por: Kyore Beun
Una controversia similar en 2010 provocó que la hija de un ministro declinara el nombramiento y su padre dejara el cargo. Antes de renunciar, el funcionario le pidió perdón a la Nación por su conducta impropia



Hace cinco años en Corea del Sur se dio un caso muy similar al de Delfina Rossi, la hija del Ministro de Defensa Agustín Rossi, quien fue recientemente designada como directora en el Banco Nación.
En 2010, cuando Corea todavía trataba de recuperarse de la crisis financiera de 2008, la hija del entonces ministro de Relaciones Exteriores Yu Myung-Hwan generó un escándalo mayor al ser contratada por la cancillería coreana. Yu Hyun-Sun, de 35 años, había sido designada en un puesto jerárquico del ministerio en circunstancias muy controvertidas.
El nombramiento se había dado luego de que en un proceso de contratación anterior la hija del ministro había sido descalificada por tener un certificado de idioma vencido. En esa ronda también descalificaron a otros siete candidatos para el mismo puesto, que quedó vacante. Luego se llevó a cabo un nuevo llamado en el que la hija pudo cumplir con el requisito anteriormente exigido y fue contratada sin escrutinio serio: sólo una entrevista con algunos funcionarios del ministerio.
El hecho acaparó la tapa de los diarios durante varios días y generó una ola de fuertes críticas de la opinión pública que consideraba que Hyun Sun no reunía las capacidades suficientes para el puesto. Finalmente, ante las sospechas de nepotismo, el ministro Yu debió presentar su renuncia, no sin antes pedir perdón a toda la nación por "haber incurrido en una conducta inapropiada". Su hija también tuvo que dejar el flamante puesto en el ministerio.
En este caso la condena social fue suficiente para que el ministro dimitiera de su cargo. Esto se explica por la profunda tradición meritocrática de Corea con relación a la función pública, que encuentra sus raíces en los principios confucianos. Los mismos dictan que sólo los más preparados deben ocupar cargos públicos para estar al servicio de una sociedad.
LA MERA APARIENCIA DE PARCIALIDAD GENERA EFECTOS NEGATIVOS A LA DEMOCRACIA.
El caso de la hija del Ministro de Defensa ciertamente genera una controversia en torno a si reúne las condiciones para desempeñarse adecuadamente en el cargo. Sin embargo, sin perjuicio de ello, existe en realidad una consideración que antecede esa discusión. Y esto es, la apariencia de parcialidad en la designación.
Es decir, la mera apariencia de preferencia o parcialidad, independientemente de las aptitudes de la hija del ministro, es lo que genera tantos efectos negativos en nuestra democracia. En primer lugar, deteriora la confianza pública en la igualdad de oportunidades, y desalienta el esfuerzo y el trabajo. En segundo lugar, sienta un precedente nocivo hacia el futuro y presenta un pésimo ejemplo de referencia que flexibiliza los estándares de profesionalidad. En tercer lugar, envía un mensaje confuso a la sociedad que queda obligada a reinterpretar los parámetros de la idoneidad en relación a la función pública.
La verdadera moraleja del caso coreano es que no interesó si realmente hubo nepotismo o no. El punto central es que, ante las mínimas sospechas, el ministro decidió renunciar a su cargo para intentar reparar la relación del Estado con los ciudadanos y resguardar la confianza pública.