El gas de Vaca Muerta llegó por primera vez a Chile

22/11/2018 | 17:03 |
La noticia fue anunciada por la ministra de Energía de Chile, Susana Jiménez, que a su vez describió el acuerdo como "un hito histórico que beneficiará a ambos países
EN LA REGIÓN TRASANDINA DEL BIOBÍO
El gas de Vaca Muerta llegó por primera vez a Chile
Foto: archivo La Nueva.
   La ministra de Energía de Chile, Susana Jiménez, abrió en la región trasandina del Biobío la llave del Gasoducto del Pacífico, a través del cual se suministrará gas del yacimiento de Vaca Muerta a la zona centro sur del país vecino, por un acuerdo cerrado con YPF y ExxonMobil.
   La cartera energética chilena informó esta tarde que el acto que permitió el ingreso de gas argentino se realizó en la Estación de Regulación Las Mercedes, de Talcahuano, y es el segundo paso habilitado luego que el presidente Sebastián Piñera hiciera lo propio en la zona sur.
   La ceremonia se realizó con motivo de la operación comercial que contrajo la empresa chilena Innergy con dos empresas argentinas a través del Gasoducto Del Pacífico.
   El primero corresponde a un contrato entre YPF e Innergy, el cual estará vigente hasta el 1 de mayo de 2019, comprometiendo una cantidad máxima diaria de 1,5 millones de metros cúbicos.










El segundo contrato interrumpible es entre ExxonMobil Exploration Argentina (EMEA) e Innergy, que tendrá la misma fecha de duración que el anterior, y asegura el envío diario de 400.000 m3.
   "La puesta en marcha de este comercio gasífero es un hecho que repercutirá positivamente en la calidad de vida de los ciudadanos de esta zona del país, pues consolida una nueva alternativa de suministro para uso residencial e industrial, así como para la generación eléctrica de las regiones de Ñuble y Biobío", explicó la ministra.
   Además, el gas natural podrá reducir en el mediano y largo plazo los índices de contaminación en estas regiones, sustituyendo otros combustibles para calefacción, como la leña.
   Desde el país trasandino se informó que hasta ahora, al menos ocho empresas ya iniciaron negociaciones de compra de gas argentino a productores o comercializadores, y sus contratos están recibiendo las respectivas autorizaciones por parte del gobierno argentino.
   La ministra Jiménez agregó que dicha importación de gas traerá beneficios concretos para ambos países, ya que “la vocación de Chile y Argentina es ser socios estratégicos para el mutuo desarrollo. El tiempo pasado y el camino recorrido permiten proyectarnos con la sabiduría que otorga la experiencia vivida y las lecciones aprendidas".
   "El Gobierno del presidente Piñera tiene el convencimiento que el desarrollo energético regional será un nuevo desafío que nos unirá, y nos llevará a una nueva etapa en la historia de nuestros países”, enfatizó la ministra.
   La mayoría de las importaciones de gas son en el período octubre a abril, en su mayor parte de carácter interrumpible, y con volúmenes de hasta 3 millones de metros cúbicos diarios destinados para la industria, generación eléctrica y para producción de metanol.
   Estas operaciones podrán realizarse en la medida que no se comprometa el abastecimiento interno en Argentina, y que no se afecte la seguridad de la operación, ni la calidad y confiabilidad de los servicios de transporte y distribución de gas natural y de electricidad de cada país.
   Desde el ministerio chileno se explicó que para las regiones Ñuble y Biobío, que presentan un consumo mayoritario de combustibles altamente contaminantes, esta nueva etapa de disponibilidad de gas natural argentino, posibilita que las industrias reduzcan automáticamente sus emisiones. 
   Existen siete gasoductos entre Chile y Argentina que son GasAtacama y NorAndino en la segunda región, GasAndes en la región metropolitana, Del Pacífico en el Biobío, y Cóndor-Poseidón (tres gasoductos) en Magallanes. 
   Tras el comienzo de las restricciones de gas en 2004 por problemas de abastecimiento interno, que en 2007 implicaron el corte masivo de los envíos, se habían efectuado operaciones de swap de gas natural, lo que implicaba que los envíos debían ser devueltos, tal como ocurrió en 2017 y 2018. (Télam)

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