-Es una de las conclusiones que dejó el Congreso. La
dijo Ángel Díaz Barriga, el pensador mexicano que jerarquizó el encuentro
educativo más importante de los últimos tiempos-
11 de noviembre 2019-En lo que fue una de
las exposiciones magistrales del II Congreso Internacional Educación e
Inclusión desde el Sur, el emérito y destacado investigador Ángel Díaz Barriga
concentró no sólo los momentos de mayor atención del auditorio docente, sino
probablemente los aplausos más sostenidos tras su brillante disertación.
Díaz Barriga ha puesto
el ojo de sus investigaciones y estudios en ámbitos como la didáctica, la
evaluación educativa y el campo del curriculum en base a las prácticas
docentes, pero posiblemente es uno de los observadores más agudos acerca del
rol docente en el aula, así como de lo que sucede dentro de ella.
Toda su charla estuvo
sostenida con permanente afirmaciones y pensamientos contundentes, incluso
sobre aquellos aspectos en los que dejó planteadas algunas dudas propias de
estos tiempos.
Como consecuencia de
muchas de sus conclusiones, Díaz Barriga se pronunció por “reconstruir la
docencia en el siglo XXI, es decir, pensar de alguna forma que el tipo de
docencia que ejercemos llegó a un punto de crisis y tiene que volverse a
plantear bajo nuevas reglas”. “Hay que reconfigurarla, reconstituirla”,
sentenció.
Describió que “los sistemas educativos están siendo invadidos por modelos pedagógicos de corte eficientista, es decir, la escuela vista desde el modelo de producción de una fábrica”, y que ese “es un concepto que se va incorporando lentamente en la cabeza de la sociedad, de las autoridades educativas y de los padres de familia, en forma de falta de eficiencia escolar”, por lo cual “se fracasa cuando no se alcanzan los resultados esperados”.
Aseveró también que
“estamos frente a una noción nueva de ciudadanía porque ya no somos ciudadanos
de las naciones en las que habitamos, sino del mundo; y en ese contexto se está
buscando que la escuela formule una ciudadanía global”.
Pero, al pararse frente
a la realidad de la educación en las escuelas, el investigador subrayó que
“antes los padres estaban del lado del docente. Hoy los padres están del lado
del alumno y esto es un conflicto porque se la ha quitado autoridad al docente,
por parte de los padres y por parte del
Estado, que determina como fracaso una
evaluación al alumno con resultados deficientes y responsabiliza de eso al
docente”.
Sostuvo como corolario
de eso que “no estamos en la mejor etapa de aprendizaje de los alumnos porque
es probable que estemos en una transición entre conocimientos escolares y
saberes que desarrollan los estudiantes, los que no confluyen, sino por el
contrario, se distancian”.
“Esto se comprueba
cuando vemos a los estudiantes más concentrados en las redes sociales y en
Google que en los textos de los libros”, completó. Y añadió: “los alumnos están
sobreestimulados, tienen su despertar sexual mucho más temprano”.
Fue allí cuando hizo
una suerte de autocrítica del docente que no termina de amigarse con las nuevas
tecnologías, sobre todo cuando las debe sobrellevar en el aula. “Tenemos que
utilizar la tecnología como una herramienta en clase y no como algo que hay que
evadir”, afirmó.
Ángel Díaz Barriga fue
un surtidor de definiciones, conceptos, ideas, sugerencias y pensamientos sobre
la educación, sobre el alumno y, sobre todo, el docente, al que reivindicó como
hacía mucho nadie lo hacía. El auditorio del Don Bosco, con unos dos millares
de educadores, lo aplaudió de pie durante un buen rato.
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