El alcoholismo: un fenómeno "normal" entre los adolescentes argentinos




Entre 2009 y 2011 se duplicó el número de menores de 20 años que llegan a las guardias intoxicados con niveles crecientes de alcohol en sangre. ¿Qué le espera a una sociedad que banaliza las adicciones de sus jóvenes?

El alcoholismo: un fenómeno "normal" entre los adolescentes argentinos
Casi un millón de adolescentes de 13 a 17 años sufren consecuencias físicas, psicológicas y sociales por la ingesta de bebidas alcohólicas, según la Encuesta Nacional de Estudiantes de Enseñanza Media 2009 realizada por la Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico).
“Yo hacía la previa y me terminé arruinando el cuerpo.... en el momento te matás de risa tomando y tomando. Después viene la parte fea... en la que escuchás sentado al médico diciéndote qué vas a poder a ser y qué no durante toda tu vida”, cuenta Matías Casares, uno de los jóvenes que respondió la pregunta realizada por Infobae en Facebook sobre por qué los adolescentes se reúnen a tomar en las “previas” a la salida del boliche. 
Cada vez más alcohol y más jóvenes 
 “Consumimos tanto alcohol como los países más consumidores del mundo, Rusia, Alemania y Brasil. Mucho más que nuestros vecinos Chile, Uruguay y Paraguay. En 2011 se atendieron en la guardia de toxicología del Hospital Fernández 3896 pacientes. La mitad, 1948, fueron por consumo de sustancias y, entre ellos, 1059 por alcohol”, explica Carlos Damin, Jefe de Toxicología del Hospital Fernández y profesor de la UBA en la especialidad, en diálogo con Infobae.
“En los últimos años se ha mantenido estable el número absoluto de intoxicaciones tratadas en la guardia, pero variaron las edades. En 2009 los menores de 20 años no llegaban a 300. Esa cantidad casi se duplicó en sólo dos años, porque en 2011 ya eran 500”, agrega.
Si bien el alcoholismo parece ser un problema creciente en Argentina, las estadísticas muestran que lo más preocupante es el abuso de alcohol entre los más jóvenes, que tiene serias consecuencias sin necesidad de convertirse en alcoholismo.
“Se culturalizó la previa en la mayoría de los jóvenes de entre 13 y 20 años, que es la franja más riesgosa. No toman alcohol para divertirse o desinhibirse, sino netamentepara quebrar. Llegan a los boliches ya intoxicados, generando situaciones de riesgo para ellos y para el resto de las personas”, comenta a Infobae Aldo Dománico, coordinador del Programa Nacional de Prevención y Lucha frente al Consumo de Alcohol, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
¿Por qué se institucionalizó la previa y se pasó de tomar para desinhibirse a beber para romper los límites?
“La previa empezó porque en los boliches todo sale el doble y como la mayoría solo sale a tomar y no quiere gastar mucho, aprovechan para tomar en la calle y ya entran borrachos al boliche. Ahí se descontrola todo con lo que toman y fuman (drogas y demás yerbas). Cuando sale un amigo muy borracho te matás de risa, pero los demás ven que da lástima. Ahí te das cuenta de que no vale de nada tomar tanto, pero lapresión de los amigos hace que todos los fines de semana hagas una y otra vez la previa sin medir que de a poco vas destruyéndote”, responde Ariel Carr desde Facebook.

 Tolerancia y banalización 
“Pensar que a un joven sólo le pasa que consume alcohol es un error. A ese chico le están pasando otras cosas también”, explica Javier Didia Attas, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina y Presidente Honorario del Capítulo de Drogodependencia y Alcoholismo de la Asociación de Psiquiatras Argentinos.
“Vivimos en una cultura de la transgresión. Cada día parece que fuera el último, y eso tiene que ver con el tiempo que nos toca vivir. Los adultos damos un mensaje no saludable al bajar el umbral de tolerancia. Los adolescentes necesitan mucho del acompañamiento de la familia, o de cualquier otra instancia protectora, como el trabajo, el deporte o el mismo grupo social”, agrega.
El abuso de alcohol al extremo de perder el control y poner en riesgo la propia salud es un problema social, aunque muchas veces no se lo vea como algo grave, o se lo piense como un tema individual. La dificultad que tienen las instituciones y los adultos para contener a los jóvenes parece ser una de las causas del problema.
“El adulto, los padres, la escuela y el Estado se han retirado. No hay espacios contenedores. Cuando era chico, yo tenía que discutir con mi viejo para salir. Eso no existe más. No está bien que un padre le compre al hijo la bebida para que haga la previa. Se corrieron las barreras y ahora los jóvenes se desafían a sí mismos”, cuentaDománico
La complicidad de la publicidad (ver recuadro)
“Las publicidades de bebidas alcohólicas no utilizan actores menores de 18 años porque está prohibido -dice Damin-, pero son hombres de 30 que parecen de 17”.
Prácticamente todos los spots publicitarios de fernet, cerveza y espumantes están claramente destinados a un público adolescente, y casi todos apuntan a lo mismo:asociar alcohol con fiesta, placer y felicidad.
“Hace 20 o 25 años el vino era la principal bebida alcohólica consumida. Pero a fines de los ochenta se instalaron las cerveceras en Argentina con campañas publicitarias destinadas al target adolescente. En ese momento era bajo el consumo de cerveza, peroen cinco años se quintuplicó la ingesta por litro y por persona”, indica Didia Attas.
“Hay estadísticas mundiales que demuestran que si se capta un fumador antes de los 18, se lo capta para toda la vida o durante mucho tiempo. La adolescencia es una etapa muy vulnerable, porque la personalidad se está formando. La influencia sobre los jóvenes puede ser muy alta, sobre todo cuando las campañas publicitarias están manejadas por expertos”, agrega.
Según las personas que respondieron a la consulta de Infobae en Facebook, el fernet y la cerveza son, con mucha ventaja, las bebidas más consumidas.

 Consecuencias de un consumo desenfrenado

“En el alcohol hay efectos de corto y largo plazo. En el corto está el riesgo de que se produzcan accidentes por caídas o choques automovilísticos, cuadros digestivos como vómitos y eventualmente una broncoaspiración pulmonar que puede generar graves consecuencias. Si se termina en un coma necesariamente hay muerte de neuronas”, afirma Damin.
“En el largo plazo -continúa- hay un deterioro neurológico claro por la sumatoria de episodios agudos. Pero además hay graves afecciones hepáticas, porque es el hígado el que se encarga de metabolizar el alcohol y se ve sobrecargado”.
Además hay que tener en cuenta el vínculo entre alcohol y otras sustancias. Por ejemplo, es cada vez más común su combinación con psicofármacos como el rivotril, a fin de provocar una embriaguez más rápida y persistente.
“El alcohol es la droga portero a cualquier otro tipo de consumo. Facilita decir que sí a aquello que en sobriedad se habría dicho que no”, concluye Damin.