En plena etapa de conciliación y a punto de ratificarse el Acuerdo de Río Grande en la sesión de hoy, el jefe de gabinete Guillermo Aramburu disparó todo tipo de apelativos contra el intendente de Ushuaia Federico Sciurano. Entre otras acusaciones, lo tildó de “golpista” y lo responsabilizó de “poner en jaque las instituciones”. Aseguró que estuvo tras los desmanes en la capital fueguina, y le pidió que exija la renuncia de los funcionarios municipales que participaron de la protesta. Además condicionó futuras reuniones a una previa “disculpa pública” que a su entender debe dar. Lejos del diálogo político propiciado por los legisladores, Aramburu optó por profundizar la confrontación.
Río Grande.- En una extensa entrevista concedida ayer a Radio Nacional Ushuaia, el jefe de gabinete Guillermo Aramburu desplegó todo tipo de descalificativos contra el intendente Federico Sciurano, a su entender el “único responsable” de los incidentes en la capital fueguina luego de conocerse el fallo de la ley 648.
La primera consulta estuvo apuntada a un análisis del acuerdo alcanzado la noche anterior entre los tres intendentes y los legisladores. “Yo no puedo hacer un análisis del acuerdo si no contemplo los hechos que acontecieron durante el día”, dijo Aramburu.
Para el funcionario los incidentes están “directamente relacionados” y hubo “irresponsabilidad de algunos actores”, sostuvo.
Dijo que “el acuerdo sigue los lineamientos que oportunamente se habían puesto de manifiesto al firmarse el Documento de Río Grande” y aseguró que “la falta de fondos del gobierno no es un problema de falta de gestión o de mala gestión sino un problema de desproporción en los recursos que recibe el gobierno respecto de los municipios”.
“No existe a nivel nacional la calidad de recursos que tienen los municipios aquí, comparados con otro lado”, subrayó.
Afirmó que “los intendentes entienden perfectamente el estado de los hospitales públicos pero lo que no entienden es que se resuelve con plata. Se resuelve con ingresos y los ingresos son impuestos”, estancado todavía en el debate de los meses previos a la firma del Documento, a mediados de noviembre.
Mencionó que “en cuatro años de gobierno se remitieron distintos proyectos de creación de fondos específicos para salud y educación, y nunca hemos logrado que esto fuera entendido”.
Acerca de si este acuerdo permite cerrar la ecuación económica del gobierno, indicó que “no sé si se trata de cerrar o no cerrar, habría que evaluar el impacto. No lo vi con profundidad, porque hay una suerte de detracción de recursos y por otra parte una suerte de acompañamiento en el plan fiscal que lleva el Poder Ejecutivo. Entiendo que quizás en la ecuación esto genere una fuente importante de ingresos. Pero no creo que el punto sea solamente la ecuación económica o financiera, sino la ecuación del punto de vista político”, manifestó.
“Me parece válido que los intendentes se hayan reunido y firmado el documento, lo que no me parece es el cómo y el por qué se llegó a ese documento. Uno no puede considerar el documento en abstracto como si esto hubiera sido firmado en una tarde de café, pidiéndose disculpas de manera cortés. Esto fue producto de un escándalo”, diferenció.
“El documento fue producto de un escándalo político, y prácticamente un golpe a las instituciones, producto del desconocimiento del Estado de derecho. Esto es lo que aconteció”, subrayó Aramburu.
Y arremetió contra el intendente de Ushuaia: “Uno no puede dejar de marcar contradicciones a mi juicio. En primer lugar, la posición absolutamente diversa que han tenido los intendentes con respecto a los alcances de la sentencia dictada por el Poder Judicial. Hubo dos intendentes como el de Río Grande y el de Tolhuin que han transmitido tranquilidad y plantearon la necesidad de reingeniería de sus recursos para cumplir con los servicios que tienen a su cargo. Y hay un intendente como el de Ushuaia que planteó un caos institucional político y social en cuanto medio tuvo enfrente”, expresó.
Protesta criminalizada
Aramburu reclamó a Sciurano que despida a sus funcionarios, por haber participado de la protesta frente a Casa de Gobierno.
“Fue una actitud absolutamente irresponsable que llevó a haber rodeado la Casa de Gobierno tanto gremios municipales, servicios contratados, en particular Agrotécnica Fueguina, que también presta servicios a Río Grande, llenado de basura y prendido fuego, roto vidrios de la Casa de Gobierno. La verdad una actitud casi golpista apoyada y arengada por el intendente de Ushuaia, lo cual me parece terrible”, calificó.
Ratificó que “entre las personas que estaban frente a la Casa de Gobierno había funcionarios municipales, no empleados municipales solamente”, y consideró que “lo mínimo que uno puede aspirar en el día de hoy, si realmente no había responsabilidad de parte del intendente de la ciudad de Ushuaia, lo mínimo era el pedido de renuncia de todos los funcionarios que estaban agolpados en la puerta de la Casa de Gobierno, viendo cómo prendían fuego la basura, como fue esto patético que aconteció ayer”.
Contradictorio
Aramburu observó otro punto del documento que a su entender marca contradicciones del intendente de Ushuaia, y no una voluntad de ceder para conciliar: “No puedo soslayar que el intendente de Ushuaia, con una absoluta contradicción en su postura, definió salir a apoyar la tarifaria al 1,5%, que no es ni más ni menos que lo que el Poder Ejecutivo remitió hace siete meses a la Legislatura. Y el primero en oponerse fue el intendente Sciurano, quien abiertamente dijo que esto afectaba los intereses de los trabajadores, de los comerciantes, del sector empresarial, con una actitud pro empresarial absoluta, sin dimensionar él como administrador de la cosa pública, que el sostenimiento de los servicios públicos es mediante un plan fiscal”.
Casi molesto por el consenso logrado, evaluó que “mágicamente ahora está de acuerdo con la tarifaria al 1,5%. No entiendo qué cambió en el medio, qué vio que haya sido relevante más que el escándalo y el golpe a las instituciones que aconteció el día de ayer”, dijo.
“A partir de la manifestación que ha hecho cada una de las instituciones, el intendente de Ushuaia termina de desconocer a las instituciones y el alcance que tiene. Me parece terrible, patético, me parece que le hace mal a las instituciones, a la democracia y me parece que es una actitud golpista, que no puedo dejar de mencionar”, reiteró.
“Ayer estuvo en jaque la institucionalidad y tuvo un responsable con nombre y apellido que es Federico Sciurano”, aclaró por si no lo estaba.
Nada positivo
Llamativamente para Aramburu no hay “nada positivo” en el acuerdo logrado y que hoy se somete a votación. “Yo no lo veo positivo, porque si los intendentes firmaron la tarifaria, que era el punto de conflicto más grande al 1,5% coparticipable, es lo mismo que se trató desde julio a la fecha. No veo nada positivo de ayer, porque si Sciurano hubiera firmado hace seis meses nada de esto hubiera sucedido. No es positivo lo que pasó. No veo nada positivo de lo de ayer”, dijo una y otra vez.
Ante la insistencia de si no considera positivo siquiera el acuerdo que destraba el conflicto, reiteró que “no, de la manera en que surgió el acuerdo no. En un análisis razonable no puedo considerar un acuerdo político sólo a partir del texto y no de las cuestiones previas que llevaron al dictado de ese texto. Para mí no se escinde una cosa de la otra. Los hechos gravísimos del punto de vista institucional que acontecieron a lo largo del día, tuvieron como consecuencia la firma de acuerdo, que dice lo mismo que se venía planteando hace seis meses. Uno de los actores, que es el intendente de Ushuaia, no quiso firmar. Luego de todos estos incidentes lo termina firmando. Yo no lo comparto. No veo nada positivo de ayer”, volvió a decir.
Guerra y caos
El jefe de gabinete consideró que la decisión de Sciurano de enviar un proyecto de emergencia económica y una nota al gremio de Camioneros advirtiendo que no se podría continuar con el contrato de Agrotécnica, cuando se conoció el fallo judicial, fue una “clara intención beligerante y clara intención de generar un caos absoluto en la comunidad”.
Además negó que no lo haya atendido. “El intendente y varios funcionarios municipales hacían referencia a que no les atendía el teléfono. Yo soy primera línea de Gobierno y a mí no me llamó nadie. He hablado en reiteradas oportunidades con el intendente Sciurano, con Adriana Chapperón, con Munafó, con Ghiglione y ningún funcionario municipal me llamó desde el viernes a la fecha”, aseveró.
Diferenció la actuación “conforme a derecho” del gobierno, contra el “golpismo” de Sciurano: “Yo no mandé un proyecto a la Legislatura modificando la coparticipación municipal. Hubo una resolución judicial sobre una declarativa de certeza. Se actuó conforme a derecho. Y los municipios tienen la posibilidad de recurrir. Pero todo esto se obvió. Los intendentes se llenan la boca hablando de la institucionalidad y de los poderes, pero cuando las instituciones les dan una respuesta que no les gusta, la reacción es absolutamente el desconocimiento de la institución”, acusó.
Renuncia y perdón
Ante la observación de que en el acuerdo cedieron todos, Aramburu siguió con su arremetida contra Sciurano y le exigió que pida perdón. “La actitud de ayer (por el martes) la generó el intendente, porque no eran los ushuaienses los que estaban reclamando. Ayer no tenía una masa popular reclamando lo que el intendente dice. Lo que había eran empleados municipales, funcionarios políticos municipales y contratados del gremio de Camioneros”, describió.
“Yo lo desafío públicamente a que pida la renuncia de los funcionarios que estaban reclamando en casa de gobierno y que tenían la responsabilidad de controlar el acceso público, porque estaban en la calle, una jurisdicción absolutamente municipal, y estaban arengando a la gente a que tirara basura dentro de la casa de gobierno, a que rompieran los vidrios de la casa de gobierno. Eran funcionarios municipales designados por el intendente, y lo mínimo que haría es pedir la renuncia de esos funcionarios, porque de lo contrario tengo que suponer el aval”, señaló.
Para Aramburu no es posible reunirse con Sciurano hasta que no pida perdón: “Había un cronograma de reuniones previstas con los intendentes, en función de las diversas reacciones que había con respecto a la ley 648. Uno no puede obviar lo que pasó ayer y lo mínimo que requeriría como para tener un encuentro institucional, es una disculpa pública del intendente. Es el único responsable de lo que pasó en el día de ayer, y lo primero que requiero es una disculpa pública de quien es responsable de esto. En política uno puede errar, pero lo que no puede es no hacerse cargo de las consecuencias que ese accionar acarrea”, postuló.
Veedores y no signatarios
Finalmente aclaró que los legisladores del oficialismo no avalaron el acuerdo sino que estuvieron presentes para monitorear el encuentro. No descartó ni negó un veto del Ejecutivo a lo que pueda aprobar la Legislatura, aunque en principio “no ve razones” para el rechazo. “Los legisladores (del PSP) no son signatarios del acuerdo y a lo sumo monitoreaban, intentando aggiornar el texto para evitar caprichos y exacciones más viscerales de las que hubo a lo largo del día. Creo que los legisladores obraron con absoluta prudencia poniéndose en un rol de defensa de la institucionalidad, que los llevó a monitorear este acuerdo para poner los puntos sobre las íes y velar por la institucionalidad. Técnicamente el Poder Legislativo no tenía nada que ver con todo esto y sin embargo ha participado con muy buena voluntad. Tengo que rescatar la voluntad de los legisladores y de los intendentes de Tolhuin y Río Grande, como contracara de lo que estaba pasando en Ushuaia”, comparó.
Por último adelantó que pondrá la mirada en cómo gasta Sciurano los fondos municipales: “Ahora quiero ver cómo gasta. Evidentemente tiene una mala administración”, infirió, dado que Río Grande podría continuar prestando servicios con el recorte y Ushuaia no. “Si los 500 millones de pesos no le alcanzan para pagar los sueldos y los contratos, evidentemente es una mala administración y me obliga a analizar y revisar su presupuesto. Es un desquicio y por eso digo que es casi golpista la actitud”, concluyó.