El ARA Santísima Trinidad fue protagonista de varios eventos significativos: en 1975 sufrió un atentado de la organización terrorista y tuvo su época de gloria en la batalla por las Islas. Hoy sufre una avería y se hunde en Puerto Belgrano
La breve historia del ARA Santísima Trinidad está plagada de circunstancias que, junto al actual hundimiento en Puerto Belgrano, lo convierten ahora casi en un fantasma de la Armada Argentina.
Con la idea de hacer en su interior un Museo que reflejara su corta pero intensa historia, sobre todo por su preponderante actuación en la Guerra de Malvinas, el destructor estaba cumpliendo su misión varado en el muelle como proveedor de repuestos del ARA Hércules, ante el embargo inglés posterior a la guerra.
Ante sus fallas, producto de un atentado, el Santísima Trinidad fue sacrificado para que su gemelo pudiera seguir navegando.
El buque navegó efectivamente 8 años, desde 1981 a 1989, aunque la historia de su adquisicón se remonta a fines de los años -60 cuando se decidió comprar dos fragatas misilísticas en el Reino Unido.
Una de ellas, la Hércules fue traída armada y navegando, mientras que la Santísima Trinidad se ensambló en Río Santiago.
En setiembre de 1975, un atentado de Montoneros con una bomba en el muelle del astillero, provocó el hundimiento parcial de la nave que, por sus averías, tardó cinco años en ser reparada.
Recién en 1981, fue llevada a Inglaterra para que el fabricante avalara la construcción y salió de los talleres ingleses con el rango de destructor, al igual que su gemelo.
La época de gloria de la Santísima Trinidad fue en la guerra de Malvinas, ya que, como nave insignia, desde su cubierta partieron los primeros marinos que desembarcaron en las islas.
Por los esfuerzos del material y para algunos por las secuelas del atentado, la nave sufrió averías importantes, que la dejó por el resto de la guerra casi raleada a cargo del patrullaje de aguas poco profundas.
Su último viaje fue en junio de 1989, cuando por el embargo británico posterior a la Guerra de Malvinas, comenzó a ser canibalizada para que su gemelo, el Hércules, pudiese seguir navegando.
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