Debajo de su sonrisa;el aguila de la impiedad

Alguien le aconsejo a la Gobernadora Maria Fabiana Rios que llegara muy temprano(9:05hs)y la Primera Dama llego caminando el polvo del sendero con su mirada acariciando los guijarros mientras sus funcionario y seguidores le ofrendaban el sonido de palmas y loas.





Un look con glamour y encanto en sus prendas la mostraba displicente y segura hasta un toque inusual en ella...esmalte Rojo Pasión en sus uñas que enmarcaban sus pequeñas y blancas manos.
De esa manera su figura no se encontraría con los furibundos reclamos gremiales ni el ondular de las banderas en el suave viento matinal de Ushuaia.

La tensión que se avecinaba se podía oler como huelen en la sabana africana los leones a sus presas,su andar no demostraba el feroz golpe recibido en Tribunales de Río Grande la mañana anterior cuando el mediático e incallable Dr Alejandro De La Riva le gritara sin tapujos..."chorra,atorranta..."






Allí iba ella en su entrada hacia  el interior de la Legislatura "para dejar inaugurada ante la Cámara Legislativa el trigésimo periodo de Sesión Ordinaria con un discurso aprendido en la madrugada de la desolación y la tiranía de su mandato.

Una demostración cabal de que absolutamente nada podría perturbarla,ni los 400 policías ni el grupo GEO ni siquiera el aire que le traía por momentos alguna ráfaga de inquietante sosobra ante la llegada del grito furibundo en las urgencias de un reclamo arrastrado desde los comienzos de la Era Ríos.
La Dama se sentó frente a los Legisladores con su habitual altivez manejando sus manos que en esta oportunidad se aferraban entre ellas y se soltaban como deseando volar en la inconsciencia de una huida pensada de antemano.
Y hablo en la  sonoridad sin quiebres y estudiada de su voz tratando en lo posible no mostrar un atisbo de temor ni de raciocinio de saber en lo profundo de su ser lo acorralada y cercada que se hallaba  por las contiendas verbales,los paros ,los piquetes y el grito de justicia social que ya se filtraba al recinto y la castigaba como un largo y letal látigo que deja una marca incurable en la conciencia.
Su esmirriada figura trataba de elevarse como una gigantesca montaña cortando el paso de la vehemencia obrera que incontenible y cansada de caminar el letargo del  tiempo arrastrando la angustia de un Hospital desbastado y agonizante en la herida de la desidia,una educación de rodillas llorando la soledad de un pizarron sin tizas un pueblo clamando la honesta bendición del trabajo y miles soñando un pedazo de tierra donde acunar los soles y las lunas de un futuro cercano.
Las banderas afuera en el predio sacudían la mañana y los sonidos de los parches retumbaban y se acomodaban insolentes en los espacios del discurso de la Gobernadora que tal vez antes de entrar y ser el objetivo de todas las miradas inquisidoras y reclamantes recordó fugazmente otras banderas lejanas enfundadas en los ideales juveniles de una estudiante embarcada en los derechos de los los que menos tienen, quizás ,tal vez un sesgo de remordimiento la invadió porque ella sabe muy bien que un día el pueblo al castigar las malas acciones de otros la bendijo colocandola en el sitial que hoy ocupa y al que ella se aferro con dureza adquiriendo un dominante y enérgico poder absoluto.
Lo que el pueblo no tuvo en cuenta fue que una vez aplicado el castigo ella seguiría allí por años y no por unas horas.
Los humanos cuando llevamos acabo acciones guiados por el violento y furibundo ataque de venganza nos arrepentimos hasta el llanto cuando el espíritu se calma  y vemos que al disiparse la niebla construimos un monstruo con nuestros propios miedos y fracasos.
Donde le quedo colgado el grito aquel ..".Basta se termino".....con el cual cierta vez le escupió orgullosa a los gremios.....esta mañana con un final encogido en la protección policíaca que la escondió de las miradas y la mantuvo alejada de un posible y arrebatado aluvión de broncas insultos y resabios hacia su persona..
Allí seguramente se le encogió el alma y SINTIÓ MIEDO DE LA HORDA ENRARECIDA POR LA URGENCIA SOCIAL.y ni siquiera podía cubrir sus miserias con ese delicado saco semi transparente tan parisino como la fragancia que la  envuelve...
Agazapada entre uniformados la altivez  de águila voraz e impiadosa le lamio nuevamente el pensamiento y al salir fue nuevamente la misma de antes .....


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