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MOSCU (EFE).- Yelena Isinbayeva, la atleta más carismática de los últimos diez años, selló un final de oro a sus participaciones mundialistas con su tercer título de salto con garrocha en una final que reunió a más de 40.000 espectadores en el estadio Luzhnikí, hasta esta jornada casi desierto.
En sus últimos tres intentos, la rusa intentó regalarle a su público un nuevo récord mundial, el que habría sido el número 29 de su carrera, pero la atleta de Volgogrado no pudo con los 5,07 cuando, sola en competición y tras haber celebrado su triunfo con saltos de alegría, intentó, sin éxito, superar los 5,07 metros.
Un salto de 4,89, ejecutado al primer intento, fue la marca ganadora que permanecerá para la historia ligada al adiós de la "Zarina", aun cuando haya dejado la puerta entreabierta a un posible regreso.
Como en los Juegos de Londres, la amenaza para Isinbayeva procedía del continente americano: la estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica; la brasileña Fabiana Murer, campeona mundial, y la cubana Yarisley Silva, líder del año con 4,90 y autora de los cinco mejores saltos de la temporada.
Sin embargo, esta vez Suhr y Silva quedaron detrás y las dos le rindieron pleitesía a la reina Isinbayeva, la más laureada de la historia.
A lo largo de su carrera deportiva la atleta de Volgogrado ha conseguido 28 récords mundiales. No podrá, por tanto, ver realizado su sueño de alcanzar los 35 récords del ucraniano Sergey Bubka, actual plusmarquista masculino de pértiga reconvertido en vicepresidente de la IAAF y aspirante a la presidencia del COI.
Isinbáyeva protagonizó una despedida acorde con su elevado rango, después de sus fracasos en los dos últimos Mundiales. En los anteriores -Daegu 2011- sólo fue sexta. En los anteriores -Berlín 2009- no fue capaz de hacer un solo salto válido en la final. Sus títulos mundiales databan de Helsinki 2005 y Osaka 2007.
La defensora del título, la brasileña Fabiana Murer, que se presentaba con una marca de 4,73, no pudo subir al podio. Terminó cuarta con 4,65..