30 de Octubre 1983:Se recupera la democracia ALFONSÍN PRESIDENTE



El gran triunfo del Dr. Raúl Alfonsín, después de más de 7 años de la peor dictadura de la historia Argentina le permitió a un hombre con un gran carisma, sencilléz y un discurso impecable, llegar a la presidencia de la Nación al frente de un partido centenario como la U.C.R., que nunca antes había vencido al peronismo en elecciones presidenciales libres.
Con un hablar campechano, forjado en un pueblo del interior bonaerense (Chascomús) y una gran militancia, Alfonsín, co creador de la APDH (Asociación Permanente de Derechos Humanos), defensor de presos políticos y legislador, llegó a la presidencia con un respaldo de casi el 52% de los votos.
Ni bien asumió, cerró el acuerdo de paz con Chile, por el conflicto del Beagle, con un respaldo del 81%, en un plebiscito no vinculante. Puso en marcha el juicio a las juntas militares responsables del holocausto reciente y creó la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas). Todavía recuerdo con emoción a los fiscales Strassera y Moreno Ocampo y el veredicto final. Pero esto desencadenó en las presiones carapintadas y sus intentos golpistas, que lo obligaron al presidente a enviar al Congreso para su sanción, las leyes de Punto Final y Obediencia de Vida.
Puso en marcha el Plan Alimentario Nacional (PAN) y el Plan de Alfabetización Nacional y se sancionaron las leyes de Patria Potestad compartidas y de divorcio. No se hicieron esperar las reacciones de los sectores más retrógados y conservadores de la sociedad y así enfrentó a la cúpula de la iglesia católica respondiendo desde el mismo púlpito a los obispos que lo criticaban duramente.
Se paró en el mismo palco de la Sociedad Rural Argentina y debatió con fervor, defendiendo su pensamiento político frente a quienes, históricamente, habían motorizado golpes de estado utilizando las cúpulas militares como instrumento.
Confrontó con el grupo Clarín, cuando este esbozaba su camino monopólico con la compra de Radio Mitre, y se bancó 14 paros generales en un verdadero dislate del poder sindical que resistía a la ley de democratización.
Con su par de Brasil, el presidente Sarney, dieron forma al Mercosur para poder defender las economías regionales.
Un golpe de mercado, la hiperinflación y los poderes nombrados, actuando en las sombras, aceleraron su final, y debió entregar el poder seis meses antes a su sucesor, Carlos Menem.
El pacto de Olivos empañó su figura, pero a la luz de los tiempos, ésta recuperó las dimensiones que merecía a la vez que empequeñecía a aquellos que lo sucedieron en su partido, principalmente en los últimos años donde su hijo Ricardo y otros “correligionarios” se han rendido ante el poder que el Raúl Alfonsín había enfrentado.
El recuerdo que dejó su hombría de bien, su honestidad y patriotismo, lo destacan entre los grandes hombres de la historia Argentina.