Silencio oficial ante el reclamo de D'Elía para que fusilen a un opositor venezolano


Por segundo día consecutivo, el gobierno deCristina Kirchner hizo un llamativo silencio respecto de las controvertidas declaraciones del ex funcionario kirchnerista y dirigente piquetero Luis D'Elía, quien volvió a defender ayer su propuesta al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de "fusilar" al líder de la oposición antichavista Leopoldo López.
"El peligro de la venganza oligárquica está presente. Si gana la oligarquía en Venezuela, va a ser una carnicería", justificó anoche D'Elía a LA NACION. "¿Tanto escándalo por plantear el fusilamiento de Leopoldo López?", se preguntó D'Elía ayer en declaraciones a la radio Rock and Pop, con tono provocativo.
El día anterior, el dirigente, que circula habitualmente por los pasillos de la Casa Rosada, había señalado por Twitter: "Si (Juan Domingo) Perón hubiese fusilado a Menéndez en el 51, habríamos ahorrado mucha sangre del pueblo. Maduro debe fusilar a López, agente de la CIA". Y desató la polémica.
El propio D'Elía confió a LA NACION que no lo llamó ningún funcionario de la Casa de Gobierno para recriminarlo o para interiorizarse sobre sus polémicos dichos.
Incluso, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitó referirse ayer en su habitual conferencia matutina al dirigente kirchnerista, mientras que un abogado, Santiago Nicolás Dupuy de Lome, denunció a D'Elía por "apología del crimen, instigación a cometer delitos e incitación a la violencia colectiva".
La causa quedó radicada ante el juez Rodolfo Canicoba Corral, que corrió vista al fiscal federal Guillermo Marijuan, quien deberá resolver si impulsa la acción penal.
Además, desde el arco opositor surgieron fuertes críticas al dirigente, quien habitualmente sostiene las posturas más radicalizadas dentro del kirchnerismo, papel que suele compartir con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Por ese motivo, resultó más que sugestivo que Capitanich, que en los últimos días se ocupó de desmentir a los propios funcionarios del Gobierno, en esta ocasión no se refiriera en su habitual rueda de prensa a la exaltación de la violencia que hizo el jefe de la Federación de Tierra y Vivienda (FTV). Tampoco lo hizo ante una consulta que le hizo llegar LA NACION. Sus voceros no respondieron las llamadas.
En cambio, Capitanich salió nuevamente en defensa del gobierno de Maduro y consideró que "cualquier actitud conspirativa (por las manifestaciones antichavistas) sería considerada una afrenta por los países de la región".
Dirigentes del kirchnerismo aseguraron a LA NACION que los desafíos públicos de D'Elía "no cayeron ni bien ni mal" en la Casa Rosada.
En forma cotidiana, D'Elía ingresa en el palacio gubernamental para visitar a funcionarios, desde el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, hasta el diputado y jefe de La Cámpora, Andrés Larroque, que hace reuniones políticas en Balcarce 50.
Consultado por LA NACION sobre el motivo de sus declaraciones, D'Elía se preguntó: "¿Es posible construir progreso en la sociedad sin matarnos entre los argentinos y los latinoamericanos? Pregunto". Y prosiguió: "Perón le perdonó la vida al general (Benjamín Andrés) Menéndez en 1951 y cuatro años después fueron los bombardeos a la Plaza de Mayo, en 1956 los fusilamientos de José León Suárez, la proscripción del peronismo y luego la dictadura militar".
  1. En AMÉRICA LATINA hace 100 años que hay pena de muerte.Las oligarquías se cagan en la ley y asociadas con el Imperio,te matan cuando quieren
En AMÉRICA LATINA Hace 100 años que hay pena de muerte.Las oligarquías se cagan en la ley y asociadas con el Imperio,te matan cuando quieren