Día mundial de la salud mental: claves para detectar problemas en la psiquis y cómo abordarlos


Los múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos determinan nuestro bienestar psíquico. Infobae dialogó con expertos que indicaron cómo distinguir estos malestares y cómo tratarlos


Además de la salud física, el concepto de “bienestar” se completa con la salud mental, un elemento clave que busca tener “en buen estado” la psiquis. De este modo, se trata de una situación en la que la persona realiza sus actividades y puede hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad.

En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.

Y cuando hablamos de salud mental individual, ésta está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos, por eso las alteraciones de la misma se pueden asociar asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y un descuido a la salud física, entre otros.


Este lunes se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que busca generar conciencia sobre la importancia de esta temática. En Argentina, a pesar de existir una Ley que garantiza el derecho a la salud mental a todas las personas, el presupuesto asignado es insuficiente, según denuncian expertos en la materia y todavía hay una gran desigualdad en el acceso a una atención de calidad, lo que genera que gran parte de la población no reciba asistencia oportuna.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un trastorno mental se caracteriza por una alteración clínicamente significativa de la cognición, la regulación de las emociones o el comportamiento de un individuo. Por lo general, va asociado a angustia o a discapacidad funcional en otras áreas importantes. También se denominan problemas de salud mental, aunque este último término es más amplio y abarca los trastornos mentales, a las discapacidades psicosociales y (otros) estados mentales asociados a una angustia considerable, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva. Los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.

Si hay algo en lo que coinciden los expertos en salud mental es que la enfermedad COVID-19, además de afectar físicamente a millones de personas, también generó muchos otros millones de problemas mentales a la población mundial. El miedo, la preocupación, la ansiedad y las consultas a los especialistas en general aumentaron de forma alarmante, generalmente caracterizados en un cuadro de estrés, o trastornos de ansiedad.


El médico psiquiatra Ricardo Corral, en representación de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP), señaló a Infobae la forma en cómo impactó emocionalmente la pandemia y la cuarentena en las personas. “Hubo más ansiedad, aumento del desgano, tristeza, sensación de decaimiento y, además la alteración del sueño, el insomnio. Esto fundamentalmente fue dado por el cambio de las rutinas, cada uno con su actividad, el trabajo, el estudio de los chicos”, que quedó suspendido o restringido, precisó Corral. Y agregó: “El encierro aumenta significativamente la depresión en cada grado de intensidad del encierro para hombres y mujeres”.

“La pandemia de COVID-19 ha agravado la situación de salud mental en todo el mundo, aumentando los nuevos casos de afecciones de salud mental y empeorando las preexistentes. También ha producido interrupciones significativas en los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias. Las poblaciones que históricamente se han enfrentado a una mayor carga de afecciones de salud mental y un acceso reducido al tratamiento se ven afectadas de manera desproporcionada por los impactos de la pandemia en la salud mental” explicó la doctora Valeria El Haj, Directora Nacional de OSPEDYC.

En la Argentina, un estudio del CONICET de alcance nacional expuso el impacto que tuvo la pandemia en los problemas de salud mental. De acuerdo a esa investigación, el 47,2% de las personas consultadas contestó que tuvo algún “trastorno de ansiedad”, seguido por la “depresión” (36,8%) y afecciones de tipo “psiquiátrico” (14,0%). El informe “Salud, bienestar, coronavirus y vacunas según región y adscripción religiosa”, estuvo dirigido por la doctora en Ciencias Sociales, Gabriela Irrazábal (UNLP-UBA), del centro de estudios CEIL-Piette de CONICET.





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